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autor Escrito por camarada06
Gobernador
Sunday 22 de September de 2019 09:47

La juventud y la vejez

La madurez ya no existe:

vamos de la juventud a la vejez sin paso intermedio

La madurez está tan sobrevalorada que al final hemos terminado por apartarla. Es un hecho: nos sentimos jóvenes hasta que un día, mirándonos en el espejo, descubrimos que nos hicimos mayores.

https://www.elespanol.com/social/20180210/madurez-no-existe-vamos-juventud-sin-intermedio/283222765_0.html

Crecer no solo forma parte del ritual que nos convierte en personas, también es un proceso fisiológico del que nadie puede escapar.

Nacemos, crecemos, hacemos cualquier cosa entre medias (el dicho dice que reproducirnos, pero basta con mirar las estadísticas para descubrir que eso no es cierto) y terminamos el ciclo de manera inevitable.

Todo lo anterior es de perogrullo porque lo conocemos todos. Igual que nuestro proceso de maduración: de jóvenes a adultos para después llegar a viejos. Espera, que quizá esto ya no sea tan cierto...

Hay una fecha clave en la vida de toda persona. Nos levantaremos como cualquier otro día, nos haremos los remolones en la cama tratando de alargar lo máximo posible ese ratito entre las sábanas, iremos al baño para evacuar los líquidos acumulados durante la noche y nos miraremos en el espejo.

Ese día, la mañana clave, el momento en el que todos los universos cuadran para devolvernos la peor imagen de nosotros mismos, descubriremos que el reflejo caprichoso nos muestra envejecidos.

No es culpa del espejo ni tampoco de las confabulaciones temporales, más bien es un ejercicio de sinceridad que nuestro cerebro, aliado con nuestra vista, decide llevar a cabo para quitarnos todas las tonterías de golpe.
 
Por más que te creas joven, aunque sigas manteniendo las malas rutinas de tu adolescencia, la realidad es bien distinta.
 
 

Quizá el antagonista de esta historia no sea el espejo, con esa imagen que un día te arroja en la que te ves con arrugas, con más canas de las que creías y con unas entradas.

No, la edad no perdona. El problema es que nosotros sí la perdonamos a ella; al menos hasta que alguien nos quita la venda de los ojos.

Entonces maldeciremos a la edad como unos niños a los que castigan sin recreo justo cuando mejor se lo estaban pasando.

 
 

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Hay 18 respuestas al foro

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