Prostitución... ¿La vida fácil?
Por Nadia Muela y Thelma Guerrero
Es uno de los oficios más antiguos de la humanidad y es quizá el menos respetado La prostitución, es el acto de tener relaciones sexuales a cambio de dinero.
Durante mucho tiempo se ha dicho que los factores que llevaban a la prostitución eran de carácter biológico debido a que la mujer estaba llena de sexualidad, o como símbolo de decadencia general y otros pensaban que lo que llevaba a la prostitución era la falta de madurez sexual, pero hoy en nuestros días hay muchos tipos de factores que pueden influir:
D Desintegración de la familia.
· Madre soltera o ruptura con la pareja.
Inducción o coacción.
Obtención de mayoro.es recursos económicos.
Hábitos de consumo y drogadicción.
Las mujeres prostituidas tienen una mortalidad 40 veces más alta que quienes no lo han sido, y en siete de cada diez casos estas mujeres tienen hijos, el 20% de los cuales viven con ellas.
Las redes de prostitución obligan a las mujeres a prostituirse bien mediante el secuestro o el engaño. Cuando se trata de engaño, la red les promete un buen trabajo y mucho dinero, les hace firmar un contrato, por supuesto ilegal en el que se comprometen a pagar una cantidad enorme a la que no puede hacer frente, por lo que tienen que prostituirse para pagarles.
En el caso de secuestro, alguno de los modus operandi es que se le obliga a consumir cualquier tipo de droga y es violada repetidas veces con el fin de atemorizarla y que no se niegue a prostituirse o pierda el miedo o la vergüenza a hacerlo. Se le siguen administrando dosis de drogas de forma que se hace adicta a esa sustancia la cual solo se la puede suministrar la red de prostitución, en este punto ya se tiene a la mujer a su servicio.
“Me encanta ser prostituta, me encanta ser travesti”
Durante muchos años se les ha puesto a las prostitutas una etiqueta que fluctúa entre “la vida fácil” y “la prostituta que no tiene alguna otra opción”.
Es claro que, como se retrata en las películas, libros y demás, muchas personas, se prostituyen debido a que tienen una familia a la cual deben mantener, o simplemente para poder sobrevivir; sin embargo existen muchas otras, que aman su trabajo, y afirman que no lo dejarían por nada, tal es el caso de Andrea, un travesti que noche tras noche aguarda en su lugar a la espera de clientes, desde hace ya casi 4 años.
“En un día bueno, puedo llegar a sacar hasta $1,500 pesos, en uno regular, algo así de $700… por media hora cobro $350 pesos , regularmente es un trabajo bueno, tienes dinero rápido”.
La jornada de trabajo de Andrea, o Humberto, (su nombre de pila). Es de 6 y media de la tarde a 1 de la mañana, es decir, de seis horas y media.
“Mi familia no sabe cómo me gano la vida, saben que soy travesti, pero es lo que es, me encanta ser prostituta, me encanta ser travesti”.
Son las 6 pm del Viernes, Andrea sale de su domicilio, ubicado en el centro de la ciudad, vestida con su falda rosa, plataformas del mismo color, un top blanco y llena de accesorios, se dirige a lo que ella denomina “su espacio”.
Carga en el hombro derecho una llamativa y amplia bolsa en la cual hay condones, lubricantes, cremas, un par de medias, dos tangas, zapatos, un teléfono celular, toallas húmedas y su identificación.“No siempre me piden penetración, muchos me piden sexo oral nada más, otros nada más me piden que me desnude o que me masturbe; una vez, hubo un cliente que solamente quería platicar”. Nos comenta.
Conforme va anocheciendo, las compañeras de Andrea salen poco a poco a sus lugares, esperando, al igual que nuestro personaje, la primera oportunidad de la noche para trabajar y ganar algo de dinero. Muchos, son travestis, otras son mujeres, y unos cuantos hombres.
“Cada lugar tiene sus reglas, así como si fuera una oficina, existen territorios, cada quien se va ganando su espacio, hay muchos que vienen y se paran como si nada, y es cuando hay problemas, pero por lo general somos tranquilas, siempre y cuando se respete nuestro piso”.
Un automóvil se detiene, el conductor le hace un par de preguntas a Andrea, ella las contesta, se abre la puerta, se sube y se marchan.
La prostitución por sí misma no constituye ningún delito, sin embargo alrededor de ella se manifiesta una gran cantidad de delitos como lo son:
-cooperar
-proteger
-reclutar
- ser dueño de un negocio de prostitución...
“el sexo las denigra y las embrutece”
Es claro que existen diversas opiniones acerca de este tema tan controversial. Vivimos en una sociedad en la cual, la iglesia católica ocupa un papel sumamente relevante, y la ideología de la misma influye enormemente en la forma de pensar de la población mexicana; el padre Gerardo Torres, es un sacerdote bastante respetado por los feligreses de su comunidad: “No hay ninguna justificación que avale lo que están haciendo “.
Según dijo, está totalmente en desacuerdo con ese estilo de vida, pues, aunque es antiguo, afirmó que la palabra de Dios, dicta otra cosa bastante diferente.
“Están cayendo en una degradación como personas y como mujeres, ya que el sexo las denigra y las embrutece; Cada quien debería ser dueño de su propio cuerpo y no andarlo regalando a cambio de unos cuantos pesos”.
Durante muchos años, la iglesia católica ha afirmado que, la prostitución es una forma de esclavitud, y también sentencia que la Iglesia tiene la responsabilidad pastoral de promover la dignidad humana de las personas explotadas mediante la prostitución, y de abogar por su liberación y porque reciban un apoyo económico, educativo y formativo. La Iglesia debe asumir la defensa de los legítimos derechos de las mujeres; Además, para responder a las necesidades pastorales de las mujeres de la calle, la Iglesia debe denunciar proféticamente las injusticias y la violencia perpetradas contra las mujeres, dondequiera que sea y en cualquier circunstancia que se presente. La Iglesia debe invitar también a los hombres y mujeres de buena voluntad a comprometerse a sostener la dignidad humana, eliminando la explotación sexual de las mujeres, aunque también debemos recordar, que no son sólo personas del sexo femenino quienes sufren de ésta explotación, también hay hombres que son explotados sexualmente.
“Todo mundo cree que es fácil seguir siendo prostituta, o que nosotras escogemos esta vida, pero no saben el coraje que se requiere para levantarse después de una paliza e irte a parar a las calles”- Monster.
“no me importa lo que los demás digan con tal de llevarle a mi hija un plato de comida”.
Pero las repercusiones de ejercer este oficio no son solo sanitarias, psicológicamente, las personas que ejercen este oficio, quedan muy dañadas.
La Lic. En Psicología Frida Meraz, afirma que el autoestima de una prostituta se encuentra en los suelos, debido a las vejaciones de las cuales son victimas día con día.
“Muchas se encuentran a la defensiva ya que al sentirse agredidas buscan cualquier tipo de protección y se justifican diciendo que esa es la vida que les tocó vivir y que el que más te critica siempre es el que menos te ayuda”
“Una prostituta que atendí después de haber sido arrestada dijo: es lo único que sé hacer así que seguiré en esto, tengo una hija que mantener y no me importa lo que los demás digan con tal de llevarle un plato de comida”.
Cabe mencionar que 8 de cada 10 prostitutas han sido violadas y / o agredidas físicamente, y que después de un episodio como estos sufren un estrés postraumático, convirtiéndolas en personas agresivas, temerosas y paranoicas.
¿cómo afecta a los hijos de éstas personas el que su padre o madre se dedique a la prostitución?
Primeramente el estigma social es muy duro, entonces, bajo tanta presión los niños se vuelven explosivos o manejables, es decir, puede que se vuelvan agresivos y abusivos, atacan para que no los ataquen primero, y hay otros quienes les llegan a sobajar tanto el autoestima, que se convierten en títeres de los demás, son frágiles y manipulables, ya que no solo es difícil aceptar la realidad de sus madres sino que además de eso, que la gente los ataque y señale”.
¿cuál es el futuro de una prostituta?
“Para empezar, por las ETS y la inseguridad que se vive en el mundo de la prostitución, la esperanza de vida es menor, pero aquellas que logran salir de eso por lo general consiguen trabajaos limpiando, como afanadoras en lugares independientes, ya que sin referencias no las contratan en empresas grandes, emocionalmente, pueden sentirse deprimidas, utilizadas, vacías, probablemente ellas se obliguen a si mismas a cargar con la cruz que se vuelve su estereotipo debido a culpabilidad o eventos traumáticos, las que no logran salir de ahí, pueden convertirse en "dealers"; muchas fallecen por sobre dosis o asesinadas.
“Todo mundo espera a que ellas recapaciten, cambien su vida y sigan un buen camino, pero cuando deciden hacerlo, la sociedad las rechaza”- Monster
Juana Rodríguez trabajó en un motel bastante económico, y nos cuenta algunas de sus experiencias: “A las muchachas las maltratan mucho, los clientes las golpean, una vez, un tipo agarró a golpes a una de ellas muy feo, ella le pidió que le pichara una cerveza porque le dolía mucho la cabeza, el también pidió una y ella le hecho un polvito, el se desmayo y la muchacha salió corriendo con su cartera y cuando vio que yo me había dado cuenta me aventó $200 y se fue corriendo”.
Nos comenta que en otra ocasión un cliente entro con una jovencita y a media noche se fue con una bolsa negra, cuando fue Juanita a recoger la habitación encontraron mucha sangre, la joven no estaba, fue el momento en el que Juanita decidió renunciar.
“Es un trabajo muy depresivo, estar entre abusos, golpes, asustada de ver algo que no debo y me lleve entre las patas el problema, a las muchachas las maltratan y muchas tienen hijos y a veces tienen que regresar a sus casas golpeadas, es muy feo, no quiero volver a estar en ese mundo”.
¿En verdad no hay otra opción?
Una sexoservidora común, como Andrea, gana $750 pesos en un solo día regular, si un mes se compone de puros días regulares y trabaja todos los días, sin descanso, nos daría un total de aproximadamente $22,500 pesos, menos la comisión que le cobre algún “chulo” o “papi”, como ellas les llaman a sus jefes, quedarían aproximadamente $17,600 pesos en un mes.
Una persona que se dedica a hacer el aseo en una Universidad privada, gana, a la semana lo mismo que una prostituta gana en un día regular, lo que al mes nos da un total de $3,000 pesos.
Un maestro de preparatoria privada, gana por clase $120 pesos, suponiendo, que de 5 clases al día, gana un total de $13,200 pesos al mes.
Una empleada doméstica que trabaja para gente de clase social alta, a la semana gana $650 pesos, lo que nos da un total de $2,600 pesos al mes.
Prostitución: Sin Estereotipos
Es claro que, como hemos podido ver, muchos sexo-servidores (en su mayoría mujeres) en verdad tienen la necesidad de vender su cuerpo a cambio de una considerable suma de dinero; sin embargo, no se puede generalizar, es injusto medir con la misma regla a todas las personas en este negocio.
Existen y existirán muchos mitos, tabúes, estereotipos, y opiniones acerca de esta situación, unos estarán a favor y otros cuantos en contra, sin embargo no podemos hacer que se acabe o que siga sólo por nuestro punto de vista, y así como se ha mantenido a lo largo de la historia de la humanidad, lo seguirá haciendo, es simplemente un oficio y una situación que nosotros, como simples mortales, no podemos controlar. Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
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